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Carta abierta: Voces del Sur global en apoyo a REDD+

Los Pueblos Indígenas de todo el mundo expresan la urgencia de luchar contra la deforestación con mercados de carbono de alta integridad e inclusivos.

A pesar de ser históricamente las que menos contribuyen al cambio climático, nuestras comunidades del Sur global son las que más han sufrido las consecuencias de sus efectos. Hemos asumido esta carga y a la vez hemos sido guardianas de lo que queda de los ecosistemas más biodiversos de la Madre Tierra. Usando los conocimientos heredados de nuestros ancestros, hemos gestionado eficazmente el capital natural de la tierra durante generaciones, y ahora somos los que estamos evitando que la crisis climática derive hasta el punto de volverse cataclísmica.

A nivel mundial, las tierras indígenas y comunitarias abarcan al menos el 22 % del carbono almacenado en los bosques tropicales y subtropicales, el 17 % del carbono almacenado en los bosques y el 80 % de la biodiversidad mundial. Si de verdad pretendemos detener la deforestación y mantener el calentamiento global por debajo de los 1,5 ºC creando un mundo de cero neto, es necesario ampliar la escala de las finanzas climáticas de alta integridad y canalizarlas hacia los empeños de conservación liderados por indígenas. Es solamente mediante el respeto a nuestros derechos, tradiciones, y conocimientos ancestrales que la comunidad internacional podrá preservar nuestro planeta para las generaciones futuras de todas las comunidades y pueblos.

Tal como están las cosas, nuestras comunidades tienen muy pocas maneras de acceder a la financiación que merecemos necesitamos por nuestros esfuerzos y éxitos para proteger la naturaleza. Los proyectos REDD+ (acrónimo del inglés “Reducing emissions from deforestation and forest degradation”, en español: Reducción de emisiones causadas por la deforestación y degradación forestal) brindan uno de los pocos caminos disponibles para que nuestras comunidades puedan acceder al financiamiento requerido no solo para conservar y proteger nuestros entornos naturales, sino para impulsar un desarrollo sostenible para nuestras comunidades, moldeadas por nuestros valores y tradiciones. Las recientes críticas a la validez de las iniciativas REDD+ como mecanismo de conservación han ignorado estos beneficios tan positivos, puesto en riesgo a este recurso tan clave, y en última instancia también a nuestras comunidades.

No solo ha ocurrido que el análisis científico en que se basan estas críticas ha sido exhaustivamente refutado, sino que, una vez más, la voz de nuestras comunidades se ha dejado prácticamente fuera de la narrativa. Según nuestro punto de vista, los proyectos de conservación bien implementados usando el modelo REDD+ son algunas de las maneras más poderosas que existen para que las empresas y gobiernos del Norte global puedan canalizar efectivamente las tan necesarias finanzas directamente a las comunidades del Sur global. Esta transferencia de recursos del Norte al Sur global servirá en última instancia para proteger bosques fundamentales para el clima, priorizando a la vez los medios de subsistencia y necesidades de nuestra gente, produciendo desarrollo sostenible para comunidades locales y preservando nuestras tradiciones, culturas y conocimientos.

Aquellos que dudan del potencial de REDD+ para contribuir a la conservación de la naturaleza han afirmado que los efectos positivos de estos proyectos están siendo sobreestimados. Y sin embargo, nadie nos ha preguntado a nosotros, que somos los que vivimos en las tierras en cuestión, cuáles son los efectos y cómo podemos asociarnos para fortalecer y mejorar los mecanismos de financiación de alta integridad, incluyendo los programas de créditos REDD+, para lograr el cero neto y proteger nuestras tierras. Sean cuales sean los efectos de las nuevas tecnologías y métodos, simplemente no se pueden comparar con lo que vemos a diario al vivir dentro y cerca de lo que queda de los hábitats naturales de la tierra. Los interesados en conocer los impactos de las iniciativas REDD+ deben incorporar nuestros conocimientos y observaciones en sus análisis si desean tener una imagen precisa.

Además de los sólidos efectos que estos proyectos tienen para fomentar unos ecosistemas saludables y biodiversos, la narrativa en contra de las REDD+ no ha tenido en cuenta los robustos efectos positivos de la REDD+ sobre nuestras comunidades, incluyendo:

Proveernos los recursos necesarios para crear un futuro definido por nuestras propias tradiciones, culturas y valores

Las finanzas del carbono de alta calidad e integridad, incluyendo créditos de carbono de alta integridad, nos ayudan a generar ingresos a partir de nuestros recursos naturales y en nuestros propios términos. En vez de basarse en compromisos de apoyo a medias tintas realizados por líderes extranjeros, podemos tener la seguridad de que la financiación acabará en manos de las comunidades locales.

Los firmantes de esta carta están preocupados porque las recientes (e incorrectas) críticas a la REDD+ puedan causar daños profundos y duraderos a un mecanismo de financiamiento esencial. Estamos plenamente conscientes de que este camino no está exento de desafíos, pero si los medios de comunicación o cualquier otro ente con preocupaciones hubiese nos hubiese consultado acerca de nuestros puntos de vista, habría quedado claro que la narrativa de la REDD+ tiene mucha más sustancia que simplemente unas medidas inexactas de los impactos de la deforestación sobre nuestra tierra.

Consideramos que los programas de créditos REDD+ en nuestros territorios son el camino más directo para reconocer, salvaguardar y recibir compensación por nuestros esfuerzos tradicionales de conservación. Esta es una herramienta fundamental para garantizar que tengamos los recursos necesarios para desarrollarnos y que nuestro futuro esté definido por nuestras propias culturas y valores.

Un camino claro hacia el desarrollo sostenible

Los proyectos de REDD+ correctamente gestionados permiten a las comunidades locales crear economías lideradas por indígenas y basadas en la naturaleza, que no tienen que depender de actividades extractivas.

Muchos proyectos REDD+ también producen beneficios sociales y económicos. Apoyamos a estos proyectos porque, a la fecha, nos han brindado un camino viable para afianzar nuestros derechos legales y los medios financieros para valorar nuestras prácticas ancestrales y proteger nuestras tierras y a la Madre Naturaleza. Estos proyectos han creado las condiciones necesarias para fortalecer las finanzas indígenas para impulsar medios de subsistencia sostenibles, acceso a servicios médicos y educación, empoderamiento de las mujeres, iniciativas de desarrollo comunitario y mucho más.

Los del Norte global deben hacer más para garantizar que nuestras perspectivas sean consideradas, antes de redactar una historia que ponga a nuestras comunidades en riesgo de perder recursos críticos, todo basado en una narrativa que no muestra la historia completa. Las metodologías REDD+ no son perfectas, estamos claros. Pero se están haciendo mejoras continuas basadas en evidencias científicas propuestas. A los programas de créditos de carbono de REDD+ se le debe dar la oportunidad y el apoyo necesarios para alcanzar todo su potencial como un mercado importante que priorice la transparencia y la integridad.

Sin embargo, si nuestras tierras, gente y posteridad han de sobrevivir y prosperar, no podemos ignorar a los financiamientos de alta integridad para proyectos climáticos, incluyendo los proporcionados por los mercados de carbono y proyectos REDD+. Cuando se trata de promover soluciones basadas en la naturaleza y lideradas por comunidades indígenas, a la escala y velocidad necesarias para alcanzar los objetivos climáticos mundiales, estos representan nuestro recurso más importante.

Necesitamos apoyo inmediato y resuelto por parte de los gobiernos del Norte global y los compradores: estos deben seguir interactuando responsablemente en el mercado voluntario del carbono y otros programas de crédito de REDD+ en tanto que estos continúan evolucionando, garantizando así que continúe el financiamiento al Sur global.

Esta carta está firmada por los grupos y organizaciones liderados por indígenas que trabajan en pro del apoyo a los pueblos indígenas en más de 40 países del mundo:

La FSC Indigenous Foundation (en español: Fundación Indígena FSC) es una organización global creada por y para los pueblos indígenas que buscan proveer soluciones a largo plazo para apoyar a las comunidades indígenas en el mundo entero.

El Comité de Coordinación para Pueblos Indígenas de África (IPACC, del inglés Indigenous Peoples of Africa Co-ordinating Committee) es una red de 135 organizaciones de pueblos indígenas provenientes de 21 países africanos. Esto lo convierte en la mayor red de pueblos indígenas del mundo.

La Alianza Popular para los Bosques (PFP, del inglés Peoples Forest Partnership) es una asociación equitativa entre comunidades que viven en bosques y organizaciones de todos los sectores económicos, sociedad civil y comités gubernamentales, enfocados en impulsar las finanzas climáticas directamente a los Pueblos Indígenas, propietarios tradicionales y comunidades locales (IPLC).

La Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques (AMPB) es una alianza de pueblos indígenas y comunidades locales que protegen las grandes áreas forestales desde Panamá a México.

Las siguientes organizaciones del Sur global también han manifestado su apoyo firmando esta carta:

  • VNV Advisory Services es una empresa de servicios ambientales con sede en Bangalore, India.
  • NBS Brazil Alliance es una organización privada sin fines de lucro cuyo objetivo es promover y fomentar una agenda para combatir la deforestación y la degradación forestal creando directrices y buenas prácticas, generando un entorno empresarial seguro y confiable.
  • La Fundación BaiAni brinda apoyo a pequeños agricultores que cultivan cacao y abacá en un enfoque de entornos integrados que combina el desarrollo económico con la protección ambiental.
  • Integradora de Comunidades Indígenas y Campesinas de Oaxaca (ICICO) es una organización sin fines de lucro que consta de 12 comunidades de 5 regiones diferentes del estado de Oaxaca, dedicados a promover el desarrollo sostenible, la generación de empleo, la creación de capacidades a nivel local y también el mantenimiento, mejora y conservación de los ecosistemas forestales, de agrosilvicultura y agrícolas de las comunidades.

Nuestras voces

Lo que vemos es que estos proyectos no solamente tienen un impacto demostrable en la reducción de la deforestación, sino que también ofrecen a nuestras comunidades canales de financiación, que añaden valor a nuestra contribución con las soluciones para el cambio climático a nivel mundial y apoyan nuestro desarrollo. Sin estos proyectos, las tasas de deforestación seguirían aumentando y nuestras comunidades continuarían asumiendo el grueso del cambio climático con menos recursos para mitigarlo y adaptarse.

A continuación mostramos las voces verdaderas de las comunidades del Sur global acerca de los beneficios que los ingresos de los créditos de carbono REDD+ pueden aportar a las comunidades in situ.

Mariamu Anyawire Mwakilosa, coordinadora comunitaria del proyecto Yaeda-Eyasi, aldea de Qangdend, Tanzania: “Las finanzas del carbono han generado beneficios significativos para la comunidad. El proyecto ha promovido la gestión responsable de los bosques, y unos adecuados usos, planificación y conservación de las tierras. En conjunto, estas prácticas han mejorado el entorno natural local y han colaborado con la preservación de la vida salvaje existente. Además, el proyecto ha generado fuentes de ingresos nuevas y adicionales. Los beneficios financieros que recibimos de la venta de créditos de carbono financian gran cantidad de cosas importantes para nuestra comunidad, como la construcción de escuelas e instalaciones sanitarias, así como los salarios de habitantes locales para ser Exploradores de Caza de la Aldea, que protegen a los bosques.”

Regina Nada Safari, coordinadora comunitaria del proyecto Yaeda-Eyasi, pueblo de Qangdend, Tanzania: “Exhorto a las empresas que compran créditos de carbono a continuar o incrementar sus compras. Esta medida financiera es clave para el éxito del proyecto y para que se puedan continuar suministrando los beneficios ofrecidos tanto a comunidades como a individuos. Les doy las gracias y les dejo esta frase: “sin bosque, no hay vida.”

Faraja Oswald Alberto, funcionaria de finanzas del proyecto Ntakata Mountains, en el occidente de Tanzania: “Antes de que se iniciara el proyecto de conservación forestal en las montañas Ntakata, había unas invasiones y deforestación masiva en áreas boscosas. Nuestras tierras quedaron severamente dañadas. Después de eso, la comunidad decidió hacer un plan para un mejor uso de las tierras, e implementaron un proyecto de carbono forestal. Paulatinamente, el entorno comenzó a mejorar a medida que la comunidad iba recibiendo financiación de carbono para impulsar proyectos sostenibles y la conservación forestal Adicionalmente, ahora más de 25.000 personas entre las ocho aldeas del área del proyecto se están beneficiando de desarrollos tales como clínicas [médicas], escuelas y seguros de salud. Esto está mejorando tanto a la comunidad local como a nuestra economía.”

Supuk Olekao, gerente del Makame WMA y representante de cinco aldeas Maasai: Irkiushoibor, Makame, Katikati, Ndedo y Ngabolo, y de sus respectivas comunidades, en Tanzania: “Los ingresos financieros provenientes de los créditos de carbono implican para nosotros unos ingresos por concepto de la protección de nuestros bosques a la manera en que siempre lo habíamos hecho, y ahora contamos con los recursos para garantizar que nuestras tierras no sean invadidas y que nuestros bosques sigan existiendo. Cabe destacar que las finanzas del carbono también propician la salud y la educación para nuestras comunidades, y podemos proteger nuestros estilos de vida y cultura como Maasai.”

Dr. Kanyinke Sena, Director del Comité Coordinador de los Pueblos Indígenas de África: “Como uno de los principales impulsores de REDD+ en África, supuso una gran oportunidad para los Pueblos Indígenas. Por primera vez, el término “Pueblos Indígenas” pudo debatirse libremente en los pasillos de los gobiernos de África. En todos los países REDD+, las voces de los pueblos indígenas y las comunidades locales se pusieron sobre la mesa como parte de los requisitos de REDD+. REDD+ también contribuyó al establecimiento de un mecanismo de subvenciones dedicado a los PI, por ejemplo en el Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques y en el marco de las Directrices del CLPI de UNREDD en Kenia. Sin embargo, la REDD+ jurisdiccional no ha alcanzado su potencial debido a la insistencia en capas y capas de políticas de salvaguardia. Esto ha ralentizado los programas y ha desilusionado mucho a las comunidades”.

Joseph Mwakima, funcionario de relaciones comunales del proyecto REDD+ Wildlife Works Kasigau Corridor: “Mis esperanzas están puestas no solo en el proyecto sino en el mundo entero. Espero que podamos acoger a las REDD+ y a otras iniciativas similares que invierten en comunidades para conservar el medio ambiente. En Kasigau, mediante el proyecto REDD+ Wildlife Works, tenemos una manera de proteger al bosque y ayudar a los humanos a coexistir con la vida silvestre. Mediante el trabajo de las REDD+, podemos financiar aquello que nos hace falta, como la educación, el acceso a agua limpia y las clínicas. ¿Por qué no querríamos replicar las REDD+ en el mundo entero? Este es un mensaje para todo el mundo. Trabajemos juntos. El cambio climático ya ha llegado, y tenemos que hacer algo para que nuestro planeta Tierra permanezca habitable, y que podamos heredarlo a las generaciones futuras.”

JR Bwangoy-Bankanza, director nacional de DRC de Wildlife Works: “He visto en persona el potencial que tiene el mercado voluntario de carbono para marcar una diferencia tanto en la justicia social como en el clima. Los ingresos derivados del carbono han pagado los salarios de los profesores, nuevas escuelas, infraestructuras sanitarias, intensificación de la agricultura e instalaciones de agua potable. Si bien los resultados pueden lucir poco realistas en comparación con los del Norte global, las finanzas del carbono marcan una gran diferencia respecto a ese modelo. Es crucial hacer notar que el mercado voluntario del carbono nos ayuda a generar ingresos a partir de nuestros recursos naturales. No tenemos que depender de tímidos compromisos de ayuda hechos por líderes extranjeros. En lugar de eso, podemos tener la seguridad de que la financiación acabará en manos de las comunidades locales. Si bien yo mismo soy el primero en admitir que las REDD+ necesitan de salvaguardas sólidas, temo que los críticos estén omitiendo un punto clave. Muchos de los habitantes de Mai Ndombe han visto cambios trascendentales en nuestra calidad de vida que durarán generaciones enteras, gracias a las finanzas que hemos generado mediante la conservación de los bosques.”

Faraja Oswald Alberto, funcionaria de finanzas del proyecto Ntakata Mountains, en el occidente de Tanzania: “Antes de que se iniciara el proyecto de conservación forestal en las montañas Ntakata, había unas invasiones y deforestación masiva en áreas boscosas. Nuestras tierras quedaron severamente dañadas. Después de eso, la comunidad decidió hacer un plan para un mejor uso de las tierras, e implementaron un proyecto de carbono forestal. Paulatinamente, el entorno comenzó a mejorar a medida que la comunidad iba recibiendo financiación de carbono para impulsar proyectos sostenibles y la conservación forestal Más de 25.000 personas entre las ocho aldeas del área del proyecto se están beneficiando de desarrollos tales como clínicas [médicas], escuelas y seguros de salud. Además, la presencia de salones de clase modernos y de alimentación para los estudiantes en las escuelas mejora muchísimo el nivel educativo en la comunidad. Ahora los Exploradores de Caza de la Aldea están empleados a tiempo completo por sus respectivas aldeas para proteger los bosques y reciben un salario mensual de los ingresos de los créditos de carbono. Grupos de empresarios se benefician de los pequeños préstamos posibilitados por las finanzas del carbono por parte de los “Cocoba” (“Community Conservation Banks”, en español “bancos comunitarios de conservación”) para desarrollar sus diversas actividades con fines de lucro. Esto está mejorando tanto a la comunidad local como a nuestra economía.”

Supuk Olekao, gerente del Makame WMA y representante de cinco aldeas Maasai: Irkiushoibor, Makame, Katikati, Ndedo y Ngabolo, y de sus respectivas comunidades, en Tanzania: “Establecimos un área de conservación comunitaria, o área de gestión de vida salvaje (WMA, del inglés “Wildlife Management Area”) en 2009 para parar la invasión a nuestras tierras y la deforestación por parte de los agricultores de subsistencia cercanos. Sin embargo, la autoridad administrativa de la WMA fue incapaz de ponerlo en práctica por falta de fondos. Teníamos la organización, las ideas y el personal, pero no los recursos para proteger realmente nuestras tierras y bosques. Nos asociamos con Carbon Tanzania para crear un proyecto de carbono forestal en 2016. Los ingresos financieros provenientes de los créditos de carbono implican para nosotros unos ingresos por concepto de la protección de nuestros bosques a la manera en que siempre lo habíamos hecho, y ahora contamos con los recursos para garantizar que nuestras tierras no sean invadidas y que nuestros bosques sigan existiendo. Cabe destacar que las finanzas del carbono también propician la salud y la educación para nuestras comunidades, y podemos proteger nuestros estilos de vida y cultura como Maasa.”

Regina Nada Safari, coordinadora comunitaria del proyecto Yaeda-Eyasi: “Debido a una falta de formación acerca de la importancia de la educación ambiental, ha habido una creciente cantidad de daños ambientales cerca de la aldea de Domanga. Hay mucha gente que simplemente no es consciente del daño que causa la deforestación y de los beneficios de conservar la naturaleza. Sin embargo, desde el inicio del proyecto del carbono, los bosques cada vez se consideran más como el pilar fundamental de todas las actividades de la comunidad y los numerosos beneficios que producen están siendo reconocidos. Además, los ingresos de carbono generados a raíz de la protección del bosque han mejorado el acceso a la educación para muchos en la aldea de Domanga, incluyéndome a mí. Este proceso está funcionando directamente sobre el terreno. Exhorto a las empresas que compran créditos de carbono que continúen o incluso que aumenten el ritmo de sus compras. Esta medida financiera es clave para el éxito del proyecto y para que se puedan continuar suministrando los beneficios ofrecidos tanto a comunidades como a individuos. Les doy las gracias y les dejo estas palabras: “sin bosque, no hay vida.” [traducido del suahili]

Mariamu Anyawire Mwakilosa, coordinadora comunitaria del proyecto Yaeda-Eyasi, desde el valle de Yaeda: “Qangdend es una aldea de granjeros, pastores y cazadores-recolectores. Antes de hacer un contrato con Carbon Tanzania, la deforestación representaba un serio problema para nosotros. En aquel momento, estaban llegando muchos nuevos colonos al pueblo, atraídos por la creciente popularidad del cultivo de cebolla. Si bien es muy comercial, el cultivo de cebolla ha empeorado progresivamente la degradación de los bosques en la región de Eyasi. Pero las finanzas del carbono han generado beneficios significativos para la comunidad. El proyecto ha promovido la gestión responsable de los bosques, y unos adecuados usos, planificación y conservación de las tierras. En conjunto, estas prácticas han mejorado el entorno natural local y han colaborado con la preservación de la vida silvestre. Además, para los pueblos que han firmado acuerdos con Carbon Tanzania, el proyecto ha generado fuentes de ingresos nuevas y adicionales. Los beneficios financieros que recibimos de la venta de créditos de carbono financian gran cantidad de cosas importantes para nuestra comunidad, como la construcción de escuelas e instalaciones sanitarias, así como los salarios de habitantes locales para ser Exploradores de Caza de la Aldea, que protegen a los bosques.” [traducido del suahili].

Dominique de Ambodimanga, un municipio de Madagascar: “Soy de Ambodimanga. En el pasado hubo muchos bosques aquí, pero han sido destruidos por un exceso de tala y por los incendios forestales. Ahora, la empresa Bôndy nos está suministrando plántulas, y estamos dispuestos a reforestar para cubrir nuevamente nuestras tierras de árboles. Estamos motivados a realizar estos esfuerzos de reforestación en Ambodimanga, porque para nosotros representa una herencia que podemos dejar a las futuras generaciones. Antes se encontraban aquí diversas especies de fauna, como los ankomba, que vivían en los árboles, y los trandraka que vivían en el suelo, pero ahora han desaparecido. Por tanto, deseamos recuperar todo lo que existió en el pasado mediante la reforestación.”

Jonathan Joson, director de la BaiAni Foundation, Filipinas: “La BaiAni Foundation continúa suministrando apoyo a los medios de subsistencia basados en la agricultura a pequeños granjeros y comunidades indígenas en Mindanao. Ha integrado esto con soluciones climáticas para sustentar sus iniciativas de transformación rural. Los programas enfocados en granjeros e indígenas no son sostenibles, porque se basan principalmente en donaciones a corto plazo y en contribuciones empresariales. Trabajar con las comunidades de alta montaña para desarrollar créditos de carbono de alta integridad ofrece una ruta de financiación viable para las comunidades, así como beneficios climáticos.”

Eleuterio Manaytay, cacique tribal provincial y representante obligatorio de pueblos indígenas de Davao Oriental en las Filipinas: “Los indígenas Mandaya y Kagan de Davao Oriental han sido durante muchísimo tiempo los guardianes tradicionales de los bosques en sus dominios ancestrales. Sin embargo, debido a presiones producto de las incursiones sobre nuestra tierra, la pobreza y los cambios en el uso de la tierra, nuestros bosques se han estado contrayendo anualmente a un ritmo acelerado. El gobierno por sí solo no puede resolver el problema de la deforestación. Las comunidades de pueblos indígenas llevan mucho tiempo expresando su determinación por proteger los bosques que quedan, recibiendo apoyo en la vigilancia, cumplimiento de normas y medios de subsistencia relacionados con los bosques. La protección de los bosques basada en el rendimiento mediante REDD+ brinda apoyo sostenible a nuestras comunidades tribales no solo para defender nuestras fuentes de alimentación, biodiversidad y patrimonio, sino que también es nuestra pequeña contribución a la lucha contra el cambio climático. Perder esta oportunidad es casi una sentencia de muerte para nuestra tribu y nuestra cultura.”

Tulasi Sangraula, presidente de la Federación de usuarios de silvicultura comunitaria de Nepal (en inglés: Community Forestry Users Nepal, o FECOFUN) para la provincia de Koshi, en Nepal: “Como presidente de la Federación de usuarios de silvicultura comunitaria de Nepal (FECOFUN) para la provincia de Koshi, estoy muy complacido de compartir con ustedes lo excepcional de nuestro territorio y las experiencias que brinda desde el “techo” del mundo. El Everest, así como cuatro montañas más que superan los 8000 metros de altura están en esta provincia, que después desciende hasta los 60 m s. n. m. a lo largo de unos 150 kilómetros, cosa que vuelve extremadamente diverso a este ecosistema. La enorme variabilidad en la altitud ha dado origen a muchas zonas ecológicas que presentan diferentes tipos de bosque que albergan una gran diversidad de flora y fauna, muchas de las cuales son globalmente significativas. Los grupos comunitarios gestionan el bosque en este punto biológico clave mediante instituciones de base que se denominan grupos de usuarios de silvicultura comunitaria (CFUG, del inglés “community forestry user groups”), que conforman el sello distintivo de la gestión de bosques participativa a nivel global. Estas son instituciones democráticas a nivel local con sus propias constituciones, sistemas inclusivos de gobierno, gestión y planes operativos, y cuentas bancarias. En esta provincia hay un total de 3758 CFUG que gestionan 421.529 hectáreas de bosques mediante la implicación activa de medio millón de miembros de hogares, lo que se traduce en una proyección que alcanza los 2 millones de personas.” Everest and an additional four eight-thousand meters peaks lie in this province which tapers down to 60 mals within a span of around 150 kms, making this terrestrial ecosystem extremely diverse. Sharp altitudinal variation has given rise to many ecological zones bearing different forest types that harbour a diversity of flora and fauna, many of which are of global significance. Community groups manage the forest in this biological hotspot through grassroots level institutions called community forestry user groups (CFUG) which forms the hallmark of participatory forest management globally. These are local-level democratic institutions with their own constitution, socially inclusive governance system, management and operational plans, and bank account. There are altogether 3,758 CFUGs in this province managing 421,529 hectares of forest by active involvement of over half a million household members which translates to an outreach to over 2 million population.”

Rumini, que trabaja en Yayaysan Konservasi Pesisir Indoneisa (Yakopi), una empresa sin fines de lucro que se dedica a la conservación y restauración de bosques de manglares. “Vivo en Klantan Luar, distrito de Langkat. Tengo 56 años, 5 hijos y 4 nietos. Hace ya tiempo que formo parte del grupo de los manglares. Siempre he estado atenta a las actividades. Me uní a ellos porque quería seguir protegiendo a los manglares. Queremos que esta planta sea sostenible para todos nuestros nietos. Mi esposo y yo nos unimos a él para proteger los manglares para nuestro futuro, y para que los peces, cangrejos y camarones también puedan tener un hogar donde prosperar, igual que mi familia y yo. Tengo 2 hijos que todavía son estudiantes y necesitamos dinero para pagarles los estudios, así que esto es muy útil para nosotros. Mientras haya manglares, la economía de mi familia recibirá ayuda. De los manglares obtenemos peces, cangrejos y camarones, que ahora son mucho más abundantes, porque los manglares pueden crecer mejor y convertirse en un hogar para todos ellos, y siempre puedo contribuir con nuestra economía, que ha existido desde hace 50 años.”

Mariya Lakshi Kosta, empresaria, Mohuttuwarama, laguna de Puttlam, Kalpitiya, Sri Lanka. He podido recibir un programa adicional de capacitación con este proyecto de restauración de manglares. Aprendí a elaborar diversas artesanías, confección, crochet y también a cocinar.  Me ha dado una maravillosa oportunidad para mejorar mis habilidades y capacidades. Estas nuevas competencias y conocimientos me han ayudado a convertirme en una empresaria confiada y exitosa. Estoy muy contenta de poder no solamente apoyar económicamente a mi familia, sino también a la subsistencia de la comunidad mediante este proyecto.”

A.S. Vihaldeen, Granjero, Sammatiyavadi, Pallivasaithurai, laguna de Puttlam, Sri Lanka. “Hemos vivido en este bosque de manglares y en este ecosistema de laguna durante muchas generaciones. Este es nuestro entorno natural. Pero, por muchas razones, este ecosistema quedó destruido y los hábitats naturales fueron perturbados. El proyecto nos dio un conocimiento sólido y nos animó a seguir cultivando y protegiendo el suelo. Nos ha brindado una buena producción. También debo hacer hincapié en que esta es la principal fuente de ingresos para nuestras familias. Por tanto, es un proyecto que realmente beneficia a nuestra comunidad.”

P. Sylvester Fernando, pescador, Mohuttuwarama, laguna de Puttlam, Kalpitiya, Sri Lanka. “Esta es una manera sostenible de proteger el ambiente. En este proyecto nos dan plantas para plantar y también nos pagan por cuidarlas. Esto nos anima a darles prioridad y a preocuparnos más por el ambiente. Además, este proyecto me ayuda a ganar ingresos adicionales para mi familia. Me entusiasma formar parte de este proyecto y también ser el líder del equipo. Ahora mi esposa e hijo también forman parte del proyecto. Por lo tanto, mi familia entera valora mucho este proyecto.”

W.D Daminda, granjero, laguna de Puttlama, Sri Lanka. “Este proyecto ha generado muchos beneficios para nuestros bosques de manglares y para la diversidad de la laguna. Se sabe que las lagunas son zonas de cría para los peces y especialmente para los camarones. Pero hoy en día, debido al turismo y al uso de dolomitas para la pesca, y también debido a algunos productos químicos como el cloro, se destruyen los hábitats y se contamina el ambiente. El tema de este proyecto es conservar los manglares para proteger a la comunidad. Por lo tanto, es un muy buen proyecto para mí y para mi familia, y quiero agradecer en nombre de ellos a todos los implicados en el proyecto, y también pedirle a los demás que participen en él.”   

W.T.P Krishnan, pescador de Pambattihandiya, laguna de Mundal, Sri Lanka. “Este es un buen proyecto para nuestra comunidad y también para la gente de Sri Lanka. Y lo más importante: siendo una isla, tenemos una gran cantidad de ecosistemas de manglares y lagunas en el país. Para proteger estos humedales y aguas salobres, el suelo es muy importante. Este proyecto ayuda a proteger el medio ambiente con una adecuada gestión y también a conservar los manglares y el sistema ecológico. Colectivamente, esto mejora el estilo de vida de nuestra comunidad.  Doy las gracias al proyecto desde el fondo de mi corazón.”

S. P. Somapala, pescador interior, laguna de Panakala, Sri Lanka. “Nuestra comunidad de pescadores de la laguna obtiene sus ingresos de las pesquerías. La laguna tiene un enorme pantano de manglares, habitado por muchas especies de animales y plantas como peces, cocodrilos, pájaros y otros. Debido a la guerra civil de Sri Lanka, buena parte de estos manglares fueron destruidos, lo que nos volvió muy pobres. Pero después de la llegada de este proyecto de restauración de manglares, ahora tenemos muchas oportunidades y se puede decir que con esto volvimos a nacer. Este proyecto fue realizado en colaboración con el departamento de vida silvestre, la Timber Corporation (en español: “Corporación Maderera”) y muchos otros organismos gubernamentales, y nos ayuda a mejorar nuestro estilo de vida y también a conservar los manglares y el medio ambiente de manera sostenible. Estoy orgulloso y considero un privilegio participar en este proyecto como líder de equipo.”

A. Vignashwaran, pescador interior, laguna de Mundalama, Sri Lanka. “Nuestra familia da las gracias y manifiesta su aprecio hacia este proyecto de restauración de manglares, por ayudarnos a obtener ingresos adicionales y también para proteger el futuro de nuestros hijos. Además, este proyecto permite proteger el medio ambiente y la biodiversidad de flora y fauna de los humedales de la laguna. Mediante este programa se desarrollan zonas de cría donde se concentran camarones y muchas variedades de peces. Mi familia está muy contenta de colaborar con este proyecto.”

Mon Samien, aldea Ork 4, distrito Koh Nhek, provincia de Mondulkiri, Camboya. “Antes de que el proyecto interviniese en mi comunidad, mi subsistencia dependía de productos no madereros del bosque, porque no sabía qué hacer además de esto. Y ahora el cambio climático está afectando directamente a la comunidad. En la temporada de lluvias, la gente comenzaba a cultivar vegetales, pero la lluvia no caía con la regularidad necesaria. Llovía de vez en cuando, pero el agua se secaba rápidamente. No hay lluvias continuas, así que los granjeros no podían cultivar adecuadamente. Después de la intervención del proyecto, los granjeros recibieron un estímulo para trabajar con diferentes métodos y cultivos como fuente de ingresos. Desde entonces, comencé a cambiar mis actividades de subsistencia.”

Veronica Moniz, jefa de aldea en Anahun, aldea odomau, Timor-leste. “Creo que este proyecto será muy útil para que Timor-Leste se convierta en el país más verde del mundo. Existe un enorme potencial para que mi comunidad cambie su actitud siguiendo las directrices de la agricultura integrada sostenible, la silvicultura y las prácticas de agricultura permanente, para sustentar y garantizar (la victoria en la lucha contra) el cambio climático y dar ejemplo a la nueva generación de Timor-Leste. Este proyecto también nos permitirá continuar cultivando y aumentar los ingresos de la familia. Mi sueño se hará realidad si este proyecto se (usa para crear) mentores para mis granjeros en el largo plazo, para así mejorar los ingresos de (todas) las familias.”

Lucia Pereia, jefa de aldea, Moleana, aldea de Ritabou, Timor-Leste. “Estoy segura de que el proyecto contribuirá con la capacidad de mis granjeros para mejorar la calidad y cantidad de sus cosechas mediante la práctica de silvicultura sostenible, cerramientos de ganado, plantación de piensos para ganado y plantación de cultivos para la seguridad alimentaria. La gente plantará árboles para generar beneficios de carbono. Todos esos productos se llevarán al mercado y la gente estará encantada de poder ganar dinero con sus propias granjas. Los granjeros están listos para ofrecer sus tierras y que se utilicen para la implementación de este proyecto para ganar dinero en el futuro mediante su empeño.”

Maria Borges, líder de grupo femenino, Miligo, aldea de Lia bote, Tímor-Leste. “De este proyecto, también recibimos capacitación en negocios, que nos ayudará a hacer negocios con nuestros productos agrícolas. Del dinero que obtengo de vender mis productos agrícolas, ahorraré una parte para mi cooperativa y el resto será para seguir comprando y vendiendo productos en el mercado. El dinero de la cooperativa es útil para pagar los costos escolares de mis hijos, para los gastos diarios de mi hogar. Pertenezco al grupo, lo que me facilita pedir un préstamo a la cooperativa a una menor tasa de interés. Mediante estas actividades, como una pequeña empresaria, recibo apoyo de mi esposo e hijos para operar el negocio.”

Rodina Gama, grupo femenino de agricultura y promotora de productos locales, Tapo meak, aldea de Manapa, Timor-Leste. “Este proyecto integrado de silvicultura muestra señas de impacto positivo que nos ayudará a mejorar nuestras prácticas agrícolas y nos capacitará en procesamiento local de alimentos para venderlos en los mercados nacionales y locales. Recibimos capacitación en mantequilla de maní, la producimos y la vendemos al mercado. El dinero que obtenemos, lo guardamos en dos cajas: una para el procesamiento del maní y la otra para nuestras necesidades básicas y para la escolaridad de mis hijos. Los resultados de estos aprendizajes en verdad están aumentando los ingresos de nuestra familia.”

Alina Liviet, subdirectora del Comité Permanente de Pueblos Indígenas de FSC, Comunidad de Ixtán de Juárez, Oaxaca, Mexico. “La comunidad de Ixtlán incursionó hace 2 años en la venta de créditos de carbono, cuenta con bosques que llevan más de 20 años certificados por el FSC, y para poder tener unos bosques fuertes y sanos, la comunidad necesita de grandes inversiones económicas que van desde la recolección de semillas, pasando por el cultivo de árboles, reforestación, mantenimiento, control de plagas e incendios, y hasta la conservación de acuíferos, preservación de flora y fauna autóctonas amenazadas, entre otras actividades. Durante más de 40 años, la comunidad de Ixtlán ha llevado a cabo estas actividades con sus propios recursos y con algo de apoyo económico por parte del gobierno. Por tanto, la venta de créditos de carbono ha proporcionado recursos económicos que se han usado en parte para financiar estas actividades y por tanto retribuir a los bosques una pequeña parte de todo lo que nos ofrecen.”

Eugenio Yatz Sacul, dirigente de la comunidad de El Cedro en Livingston, Izabal, en Guatemala. “La comunidad del El Cedro participa en la conservación de 345 hectáreas de bosques mediante el proyecto REDD+”. Con esto recibimos una variedad de beneficios para nuestras familias y aportamos bienestar a las comunidades. Además, mediante el proyecto hemos logrado adquirir 7 cámara trampa, con las que hemos podido observar toda la biodiversidad de nuestros bosques, incluyendo gran cantidad de felinos como el ocelote y el tigrillo.”

Mayra Pop, beneficiaria del programa de becas de Izabal, Guatemala. “Mediante el proyecto REDD+, los adolescentes y jóvenes de comunidades como la mía pueden continuar y terminar sus estudios. Además, tenemos acceso a servicios básicos de salud y a asesoría personalizada acerca de nuestros derechos humanos y como mujeres. Mediante el proyecto, logré ser la primera mujer de mi familia en comenzar (y pronto terminar) los estudios universitarios, y la primera en mi comunidad en romper la barrera del matrimonio con hijos a temprana edad.”

Consulta la versión PDF de la carta aquí.