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Continúa el proceso de fortalecimiento de la gobernanza tradicional de los Pueblos Indígenas de Panamá 

Cuatro territorios Indígenas de Panamá iniciaron un proceso de elaboración colectiva de nuevas Cartas Orgánicas y Reglamentos Internos.

Desde octubre de 2022, las autoridades tradicionales de cuatro territorios indígenas de Panamá iniciaron un proceso de fortalecimiento de sus sistemas de gobernanza territorial mediante la elaboración colectiva de nuevas Cartas Orgánicas y Reglamentos Internos.

Para los Pueblos Indígenas una Carta Orgánica y Reglamento Interno es un documento legal que organiza y establece en varios artículos diversos puntos que incluyen: 1) Criterios para la elección de las autoridades locales, regionales o generales; 2) Usos y derechos sobre la tierra y la conservación de la naturaleza; 3) Normas sociales relacionadas con la medicina tradicional botánica; y 4) Mecanismos que aseguran la equidad de género en la representación de autoridades.

En mayo de 2023, los cuatro territorios que iniciaron estos procesos consiguieron validar los borradores de sus Cartas Orgánicas y Reglamentos Internos ante sus autoridades locales y generales y con la presencia de representantes del Gobierno. 

La Comarca Kuna de Madungandi aprobó mediante una asamblea-taller el Reglamento Interno de su Congreso General en la comunidad de Ibedi el 10 de mayo, con la participación de 50 Sahilas (guías espirituales y autoridades locales Kuna) y sus Argar (intérpretes de los cantos de los Sahilas).

Una semana después, se llevó a cabo el mismo proceso en la comunidad de Pijibasal de la provincia de Darién, sobre el Congreso Regional del Tuira, que pertenece a las Tierras Colectivas Emberá y Wounaan de Darién; contando con la participación de 50 autoridades locales Emberá, Wounaan y Eyabida (conocidos como NokoChi Pör y Buru según cada comunidad).

En ambos talleres también participaron treinta personas de la comunidad, incluyendo niñas y niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores, todos y todas con voz y voto para contribuir al debate.

COMARCA KUNA DE MADUNGANDI

Durante los últimos 8 meses, el equipo técnico del Congreso General de Madungandi analizó, junto con Sahilas y Argar, los más de 100 artículos donde establecen, por ejemplo, las principales funciones de las autoridades comunitarias (sahilas, argar y sualibed o policía comunitario), sus razones de elección y destitución; y desarrollan los derechos a la tierra, la caza y la familia desde el pensamiento Kuna.

Para consensuar el contenido del documento se convocaron dos talleres de cuatro días cada uno entre octubre y febrero de 2022-2023, a ellos asistieron más de 30 autoridades y funcionarios del Congreso General de Madungandi y ambos se convocaron en Akua Yala, la capital de la comarca.

Parte del reto fue poder transcribir todos los procedimientos, funciones, métodos y demás elementos que ya existen y usan las y los Kunas de Madungandi al documento final que será presentado al Ministerio de Gobierno para su aprobación.

Vista del puente sobre el lago Bayano desde las oficinas del Congreso General de Madungandi en la comunidad de Akua Yala.

Vista del puente sobre el lago Bayano desde las oficinas del Congreso General de Madungandi en la comunidad de Akua Yala.

TIERRAS COLECTIVAS EMBERÁ, WOUNAAN Y EYABIDA

En Panamá, el título de Tierras Colectivas es otorgado a comunidades indígenas que quedaron fuera de una Comarca cuando esta se creó, el título de Tierras Colectivas representa entonces el derecho ancestral a la soberanía de su territorio para las personas que lo habitan.

Tal es el caso de las Tierras Colectivas Emberá y Wounaan de Darién, donde también convive el pueblo Eyabida desde hace unos años, perseguido por los conflictos internos de Colombia, de donde se originan. El proceso de elaboración del Reglamento Interno de la Región del Tuira sirvió entonces como un momento propicio para establecer oficialmente al pueblo Eyabida como uno de los que habita las Tierras Colectivas.

Benicio Domicó, estudiante de Derecho, participó de los dos últimos talleres y sus aportes desde la identidad Eyabida fueron esenciales para elaborar el Reglamento Interno.

Durante los talleres, celebrados primero en la comunidad de Mercadeo en noviembre de 2022 y una segunda vez en la comunidad de Bajo Lepe en marzo de 2023, más de 30 autoridades tradicionales, la mayoría Nokora Emberá y en menor medida Chi Pörnaan Wounaan y Burura Eyabida analizaron e interpretaron el texto que ordena formas para administrar justicia, certificar autoridades y matrimonios, establece derechos colectivos sobre uso de los recursos naturales y restricciones de actividades de personas externas dentro del territorio.

REPRESENTACIÓN DE LA MUJER

Tomando en cuenta que pocas mujeres ocupan cargos políticos en ambos territorios, la elaboración del Reglamento Interno fue pensada para incluir a mujeres líderes Emberá y Kuna, promoviendo que sus propuestas y necesidades fueran escuchadas por sus Congresos Generales y Regionales. 

En Madungandi, territorio donde no ha habido mujeres sahilas, se acordó que las mujeres contarán con una representante en el Congreso General, quien será elegida por las propias mujeres y tendrá derecho a voz y voto dentro del Congreso.

En la Región del Tuira participaron en todos los talleres dos mujeres líderes claves: la Suplente del Cacique General, Lucrecia Caisamo, y la Noko (Autoridad local en Emberá) de la comunidad de Pijibasal, Lucia Flaco, quienes aportaron al consenso de temas relacionados al cuidado de la tierra, las tradiciones y la economía comunitaria.

De izquierda a derecha: Lucía Flaco, Noko de Pijibasal, conversa con Lucrecia Caisamo, Cacique General Suplente, , durante los talleres en la comunidad de Bajo Lepe.

PRESIONES QUE AFECTAN ESTOS TERRITORIOS

La población de la Comarca Kuna de Madungandi y de las Tierras Colectivas Emberá y Wounaan de Darién se han visto fuertemente afectadas por megaproyectos impuestos en sus territorios.

Akua Yala, capital de Madungandi, es una comunidad reubicada. Su territorio ancestral quedó completamente inundado como consecuencia de la construcción de la Represa Hidroeléctrica Bayano en la década de 1970. Así mismo las Tierras Colectivas de Alto Bayano, que incluyen las comunidades de Ipetí y Piriatí Emberá, en Panamá Este también fueron reubicaras.

La desaparición de sus bosques nativos y la mala calidad de la tierra en las zonas a donde fueron reubicados, ha causado pérdidas culturales significativas; ya que sin bosques, no pueden poner en práctica, ni transmitir adecuadamente los conocimientos tradicionales sobre usos de la tierra, las plantas medicinales y conservación de ecosistemas.

Otro ejemplo es el de la comunidad Bajo Lepe, sede del segundo taller, cuya ubicación se ve afectada por la concesión de 325,000 hectáreas de parte del Estado de Panamá a la empresa petrolera Sinclair Panama Oil Corporation en el año 2018, según denunciaron los comunitarios en el camino hacia el taller.

Durante el viaje a la comunidad de Pijibasal se podían ver campos pelados por la tala ilegal e indiscriminada.

IMPACTO DEL PROYECTO

El trabajo colectivo de las comunidades por organizar las normas sociales, culturales, económicas y de conservación que les rigen a partir de debates abiertos a toda la comunidad ha servido para sensibilizar a jóvenes, líderes locales, adultos mayores y autoridades sobre los derechos que poseen como Pueblos Indígenas.

A lo largo del componente de elaboración de Cartas Orgánicas y/o Reglamentos Internos de los cuatro territorios beneficiados por el proyecto Fortalecimiento de la Agenda Indígena (FAIP) se ha demostrado el interés general de las comunidades por conocer y entender las normas que les rigen.

El FAIP es un proyecto que tiene como objetivo fortalecer las estructuras políticas de la Comarca Naso Tjër Di, la Comarca Kuna de Madungandi, las Tierras Colectivas Emberá y Wounaan de Darién y el Congreso Nacional del Pueblo Wounaan a partir de la elaboración y publicación de sus Cartas Orgánicas o Reglamentos Internos.

El FAIP es financiado por USAID y el FSC, implementado por la Fundación Indígena FSC y enmarcado en el programa de la Alianza de los Pueblos Indígenas para los Derechos y el Desarrollo (IPARD), ejecutado en coordinación con la AMPB, la CMLT y AMARIE.